Los clientes y las personas no muy inmersas en el ámbito del marketing suelen confundir estos dos términos. Por ello debe aclararse que no se trata de lo mismo así que deben definirse las diferencias entre ellas. Algunas palabras clave que ayudarán a su entendimiento es que Identidad corporativa es igual a interno e Imagen corporativa es igual a externo.
Pero ¿qué quiere decir esto?
La identidad corporativa al definirse como interna quiere decir que es determinada desde adentro hacia afuera. El logo, los colores institucionales, la cultura organizacional, sus valores, misión, visión, etc. Todo aquello que proyecta la empresa hacia los públicos objetivos. Lo que constituye a la empresa en sí, su esencia.
En cambio, la imagen corporativa es la percepción de la empresa desde afuera y esta percepción casi siempre es dada por los consumidores: ya que todos los esfuerzos por mantener una identidad corporativa adecuada y que se ajuste a los ideales de los mismos. Con el propósito de agradarles y crear fidelización de su parte.
Si se maneja mal la identidad corporativa es muy probable que la imagen corporativa de una empresa se vea muy afectada. Hoy en día los consumidores o posibles consumidores desean saber más datos sobre la empresa y tener un vacío de información también es algo negativo, es decir, si la empresa no emite nada de información, su consumidor tendrá dudas sobre el producto o servicio, lo que puede transformarse en descontento. Con información nos referimos a sus valores, a sus relaciones públicas en general.
Por otro lado, la empresa debe encargarse de realizar un manual de identidad, eso asegura a la compañía de todo error que pudiera suceder en el futuro con respecto; por ejemplo, en los colores institucionales.
Si no está bien definida la identidad corporativa no se espere que la imagen corporativa sea positiva por parte de los consumidores.